Cada sesión, un viaje.

Dentro de la experiencia de YOGA nos acercamos humildemente a lo que nos bloquea, reconocemos lo que nos abre y nos sienta bien, lo que nos emociona. Y ES en este espacio de fragilidad, que sucede el reencuentro con la verdadera fortaleza y el inmenso poder creativo de UNO.
La misma práctica nos VACÍA la necesidad de emprender este arte por beneficio alguno. Simplemente nos disponemos a disfrutarlo, experimentarlo, estando aquí, ahora, abiertos, DISPONIBLES, en escucha profunda.

Los invito a DISFRUTAR entonces, de este instante juntos, de este viaje hacia dentro a través del KUNDALINI YOGA.
Será, quizás, como comer una sandía bien fresca y jugosa una siesta de verano, como un baño de mar... como un beso en la frente una mañana de primavera.


Ana Escobar