La Impermanencia

Recuerdo ese día. Cuando iba a conocer la nueva casa de papá en Buenos Aires. Yo tenía 18 años, por ahí...

Recuerdo llegar a la portera y ver el cartel recibiéndome: LA IMPERMANENCIA. (foto)

Recuerdo mi sensación: una patada en el pecho (como decimos en cordobés)

Recuerdo parte de la conversación:
-¿por qué le pusiste este nombre a la casa Pa?
-Todo es impermanente en esta vida Hija...

Recuerdo lo que pensé por dentro y seguramente lo dije también: no papá, lo será para vos. Pero no lo es para mi.


Me resistía. Incluso en ese punto de mi vida donde ya había tenido varios aprendizajes profundos sobre lo que eso significaba.
La casa era hermosa. Y yo seguía pensando que le podría haber puesto cualquier otro nombre... alguno más esperanzador.

Recuerdo que en La Impermanencia descansaba mucho. Disfrutaba estar en esa casa cuando iba de visita. Y de a poco, con la vida misma transcurriendo-me, aprendí que efectivamente en este mundo que fabricamos todo cambia. Todo es impermanente.
Y también con los años ya no había una connotación negativa al respecto. Ya no había vértigo en la palabra, ni en el concepto ni en la experiencia.

Aprendí también que el tiempo es impermanencia y la impermanencia es tiempo...

Pero yo no soy tiempo
ni soy del tiempo.
Vos tampoco.

Si. Es verdad, tu identidad en este mundo es impermanente. La mía también. Con lo que hoy te identificas, mañana posiblemente ya no...
Además, claro que sí: todos morimos un día. O dos.. o mil.

Pero lo que verdaderamente somos permanece. Es inmutable. "SatNam" le decimos en Kundalini Yoga. Y eso no muere nunca.
Lo eterno es eterno. El SER. La esencia. La chispa divina. La fuente. Dios. El centro de la carta.. como lo quieras llamar. O mejor en Silencio.

Así que amiga, amigo querido, de vidas, de ratos, de rutas; la impermanencia es para ser vivida y hasta apreciada. Nos abre a emociones y pensamientos que nos guían hacia la comprensión y el entendimiento (y desentendimiento) de nuestras vidas.

Estoy en la impermanencia, pero no soy la impermanencia.
Estoy en el mundo sin ser del mundo.
Después. Quien sabe del después, cantaba una vez.

Ana🌠